Las elecciones de octubre se desarrollarán en el marco de una profunda crisis social y de una nueva bancarrota nacional. El gobernador Weretilneck, socio de Macri, ha colocado a Río Negro en las puertas de su propia bancarrota, endeudando en dólares a la provincia para financiar un “Plan” de obras que nunca se ejecutó.
Descargan la crisis sobre la familia trabajadora
Es claro que el ajuste de Macri tiene como único fin responder a las exigencias del FMI y al pago de la deuda externa. De esta manera, Macri, luego de su desplome electoral, sólo aspira a concluir su mandato.
Por su parte, Weretilneck, para cumplir con los capitalistas que especulan con la deuda provincial, ha desfinanciado a la salud y a la educación públicas, y condenado a salarios de miseria a los empleados del estado.
En la provincia, las patronales extienden el trabajo esclavo en las chacras, otorgan aumentos salariales por debajo de la inflación y despiden trabajadores. Los cierres de fábricas y galpones que ejecutan empresarios vaciadores, como sucedió en Interlagos y en la Reginense, se realizan con el amparo y la complicidad del gobierno provincial y de los gobiernos de los respectivos municipios. Se profundiza así la desindustrialización de nuestra provincia.
Un relevo ajustador
Pero todos estos ataques contra el pueblo han avanzado gracias a la colaboración que Macri y Weretilneck han recibido del Frente de Todos, que le ha otorgado al oficialismo los votos en el Congreso Nacional y en la Legislatura provincial para los presupuestos y las leyes del ajuste.
El Frente de Todos que encabeza Fernández y Soria es, al mismo tiempo, quien se encuentra tejiendo con la Unión Industrial Argentina y con la burocracia de los sindicatos un ‘pacto social’ para amordazar y maniatar a los trabajadores, y que se pueda imponer el congelamiento salarios y la destrucción de los convenios colectivos de trabajo.
A su vez, con los Fernández y el Frente de Todos, nuestro país continuará sometido a los dictados del FMI y de la banca acreedora de la deuda usuraria y fraudulenta.
Una verdadera alternativa
En estas elecciones, sólo el Frente de Izquierda – Unidad plantea la necesidad de una acción histórica de los trabajadores, en oposición al papel colaboracionista de las burocracias sindicales peronistas y albertistas, para que la crisis la paguen los capitalistas y no el pueblo trabajador. El Frente de Izquierda – Unidad ha apoyado, desde las calles y los parlamentos, todas las luchas libradas por los trabajadores, las mujeres y la juventud. El voto al Frente de Izquierda y la ampliación de una bancada de la izquierda reforzará todas esas peleas. Es el desafío planteado en las próximas elecciones.